Iglesia de Santa Cruz

La iglesia de Santa Cruz es una auténtica rareza, ya que pocas construcciones románicas se encuentran en Andalucía actualmente. De pequeñas dimensiones, presenta un exterior austero propio del románico y que contrasta claramente con el renacentismo de su ilustre vecino, el Palacio de Jabalquinto. El templo está formado por muros compactos de mampostería con solo dos estrechas ventanas en cada lateral. Destacan sus dos portadas con arquivoltas de medio punto. La principal, que se apoya en columnas con capiteles de hojas de acanto, procede de la antigua iglesia de San Juan Bautista, otro templo románico de Baeza del que se conservan restos. Encima se sitúa un óculo abocinado de considerables dimensiones. La puerta meridional sí que es original, también de medio punto con arquivoltas que incluyen puntas de diamantes. En el muro norte se situaba una tercera puerta, pero fue tapada al construirse la capilla gótica.
El templo consta de tres naves separadas por columnas románicas. La nave central se prolonga en una bóveda de cañón donde se pueden ver los restos de pinturas al fresco del siglo XV y XVI, descubiertos en la década de los noventa del siglo pasado. Se conservan imágenes como un Calvario y restos de una Santa Cena, pero la que mejor se distingue es la del Martirio de San Sebastián situada en el interior de un arco lateral. En la misma restauración apareció, en el lado de la epístola, un arco de herradura de estilo visigodo, lo que hace pensar que en este mismo emplazamiento existiese un antiguo templo cristiano, sobre el que se construyó el actual. Hay dos capillas góticas que corresponden a ampliaciones posteriores en el lado del evangelio.
Por fortuna, la iglesia de la Santa Cruz ha llegado en un óptimo estado de conservación gracias a las sucesivas reformas que se han hecho. Hoy se puede seguir disfrutando de un templo único en España.