Plaza de Santa María

En el centro de la plaza encontramos la Fuente de Santa María, un bello monumento que conmemora la llegada del agua a la ciudad en 1564. Durante el siglo XVI la población de Baeza creció sustancialmente (unos 20.000 habitantes) y poco a poco el Concejo fue mejorando las infraestructuras. La traída de aguas se consiguió bajo la dirección del arquitecto baezano Ginés Martínez de Aranda, logrando un punto más de modernidad para la localidad.
La obra es, en palabras del arquitecto Fernando Chueca Goitia, una de las fuentes más bellas y originales de Andalucía. Su cuerpo inferior es un arco triunfal romano con tres vanos, el central es de medio punto y los de los lados son adintelados. Todo ello reposa sobre cuatro pares de columnas elevadas a su vez por cuatro pedestales. Toda la fuente es rica en detalles, pero destacan especialmente las ocho cariátides alegóricas de las columnas. También la ornamentación heráldica, con los escudos de la ciudad y del monarca de la época, Felipe II. El cuerpo superior, que ocupa la calle central, se encuentra enmarcado por dos grandes ménsulas y dos parejas de atlantes flanquean es escudo de armas de Felipe II. La obra está coronada por un frontón triangular.

La fuente es el epicentro de la plaza de Santa María, que a su vez está rodeada de edificios de gran interés histórico y arquitectónico. La Catedral es lo que más llama la atención, pero también destacan las Casas Consistoriales Altas, cuya construcción data del siglo XV y en cuyos muros se pueden admirar los escudos de armas de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
Una visita merece también el seminario de San Felipe Neri, fundado en 1660 por el obispo de Jaén Fernando de Andrade y Castro y construido por Eufrasio López de Rojas, quedando bajo la dirección de los padres del Oratorio de San Felipe Neri. Dejó de ejercer como seminario en 1969 y en la actualidad es sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía. Su fachada es de buena sillería pero sobria, destacando su puerta principal de arco de medio punto. Pero sin duda, lo más llamativo de este edificio son los vítores, las inscripciones de letras rojas que hicieron antiguos estudiantes del centro y con las que pretendía animarse y dejar constancia de su paso por el seminario. El interior ha sido objeto de varias remodelaciones, siendo la más importante la acometida a finales del siglo XX para adaptar el edificio a las necesidades académicas.
La plaza de Santa María reúne desde hace siglos parte del patrimonio civil y religioso de Baeza: Tras visitar los grandes monumentos que se acumulan en tan poco tiempo, lo mejor es dar un paseo por las callejuelas que hay en torno a la Catedral, un rosario de casas antiguas con sus maravillosos portones, siempre pisando un suelo empedrado en perfecto estado. Si se prefiere huir un poco de la ciudad, el Paseo de Antonio Machado es el camino más directo y estimulante y en pocos minutos se estará disfrutando de las magníficas vistas del Valle del Guadalquivir.