Iglesia de San Ignacio
Descripción
El complejo religioso al que pertenecía en su origen la iglesia de San Ignacio fue una víctima más de la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, cuando buena parte de las propiedades religiosas fueron expropiadas y vendidas. El complejo que incluía un seminario de la Compañía de Jesús fue demolido y solo se salvó la iglesia, que continuó como capilla del cementerio que existió hasta 1917. El colegio original de San Ignacio fue costeado por el que fuera obispo de Cuzco, el baezano Antonio Raya y Navarrete a principios del XVII. La portada es especialmente llamativa, compuesta de dos cuerpos, el inferior luce un arco de medio punto con representaciones en relieve de la Fortaleza y la Esperanza más el escudo del obispo Raya. Destaca un imponente relieve entre columnas que representa el éxtasis de San Ignacio, arrodillado ante la Santísima Trinidad y con una gran cantidad de ángeles y querubines a su alrededor. La planta de la iglesia es de cruz latina y está cubierta por una bóveda de cañón. Nada queda del convento que completaba este complejo, pero según cuenta la documentación de la época, el edificio se articulaba en torno a un espectacular patio del que salían más de ochenta puertas y que tenía una gran fuente en el medio. El inmueble fue desmontado tras la expulsión de los jesuitas en 1767.